ÉTICA O ¿EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS?

La ley 43 de 1990 reglamenta de la profesión de Contador Público y dicta otras disposiciones, como la ética en la profesión.

El artículo 35 dice: “Las siguientes declaraciones de principios constituyen el fundamento esencial para el desarrollo de las normas sobre ética de la Contaduría Pública: La Contaduría Pública es una profesión que tiene como fin satisfacer  necesidades  de la sociedad, mediante la medición, evaluación, ordenamiento, análisis e interpretación de la información financiera de las  empresas o los individuos y  la preparación de informes sobre la correspondiente situación financiera, sobre los  cuales se basan las decisiones de los  empresarios, inversionistas, acreedores, demás terceros interesados y  el Estado acerca del futuro de dichos entes  económicos. El Contador Público como depositario de la confianza pública, da fe pública cuando con su firma y número de tarjeta profesional suscribe un documento en que certifique sobre determinados hechos económicos. Esta certificación, hará parte integral de lo examinado. El Contador Público, sea en la actividad pública o privada es un factor de activa y directa intervención en la vida de los organismos públicos y privados. Su obligación es velar por los intereses económicos de la comunidad, entendiéndose por ésta no solamente a las personas naturales o jurídicas vinculadas directamente a la empresa sino a la sociedad en general, y naturalmente, el Estado. La conciencia moral, la aptitud profesional y la independencia mental constituye su esencia espiritual. El ejercicio de la Contaduría Pública implica una función social especialmente a través de la fe pública que se otorga en beneficio del orden y la seguridad en las relaciones económicas entre el Estado y los particulares, o de éstos entre sí.”

El artículo 37.7 y el 38 nos dice: “37.7 Competencia y actualización profesional. El Contador Público sólo deberá contratar trabajos para lo cual él o sus asociados o colaboradores cuenten con las capacidades e idoneidad necesaria para que los servicios comprometidos se realicen en forma eficaz y satisfactoria. Igualmente, el Contador Público, mientras se mantenga en ejercicio activo, deberá considerarse permanentemente obligado a actualizar los conocimientos necesarios para su actuación profesional y especialmente aquéllos requeridos por el bien común y los imperativos del progreso social y económico.  Artículo 38. El Contador Público es auxiliar de la justicia en los casos que señala la ley, como perito expresamente designado para ello. También en esta condición el Contador Público cumplirá su deber teniendo en cuenta las altas miras de su profesión, la importancia de la tarea que la sociedad le encomienda como experto y la búsqueda de la verdad en forma totalmente objetiva”.

Pero, ¿qué es la ética? Encontraremos varias definiciones en internet, diccionarios, etc., pero me quedo con la siguiente: “La ética estudia la moral y determina que es lo bueno y lo malo” y con base en esa definición ¿cómo se debe actuar?

Si usted no está actualizado como lo dice el artículo 37.7, ¿no deberías ejercer? Y si lo haces ¿estás faltando a la ética? Si el artículo 38 reza que el contador es auxiliar de la justicia y usted es el contador de un narcotraficante, un guerrillero o un ladrón, ¿usted también es criminal? Si la cabeza de su gobierno apoya a los criminales y dice que no son delitos ¿se puede ser contador tranquilamente de estas personas y no faltar a la ética?

Les contaré la historia de una película de 1993, una de mis favoritas de todos los tiempos que creo que muchos ya han visto:

“Durante la segunda guerra mundial llegó un emprendedor a Cracovia (ciudad polaca tomada por los Nazis) que vio en la guerra una oportunidad de negocio, lo primero que hizo fue contratar un contador para que le manejara sus finanzas y le ayudara con todo lo que él no sabía, a la final él solo sabía de negociar y nada de operar, consiguió al mejor de la ciudad, Itzhak Stern que era judío y perseguido por el régimen. El negocio al comienzo consistió en crear una fábrica de ollas y utensilios que servirían para llevar alimentos al frente de batalla o para que los soldados cargaran. El contador reclutó trabajadores, todos judíos y muchos conocidos, sin conocimiento de nada sobre hacer ollas y le decía a su jefe que eran los indicados, a su vez le mostraba las finanzas y le decía que debía comprar regalos (sobornos) a los altos mandos para que le dejaran la fábrica tranquila y que nadie entrara en ella, con el tiempo el negocio debió cambiar por la fabricación de cartuchos (balas) y el emprendedor llamado Oskar Schindler, supo lo que hacían los nazis y apoyó al contador para proteger a los suyos y dio la orden de hacer cartuchos defectuosos y así sobrevivieron hasta el final de la guerra, resultado: más de 800 judíos salvados del holocausto.

En esta historia ¿el contador Stern obró bien?, ¿faltó a la ética?, ¿quién era el criminal? ¿el fin justifica los medios? ¿QUÉ OPINAS?

Carlos Mario Tapias

@carlosmariotapias

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