UN ARTÍCULO SIN NOMBRE

La siguiente es una reflexión realizada mientras intentaba cargar el RUB sin éxito en la página caída de la DIAN, al borde de un colapso luego de vivir una experiencia similar al intentar subir los medios de Bogotá.

Estoy como se dice coloquialmente mamada, de tanta vaina que hay que hacer, de meterle la ficha de ponerme la 10.

Si andar con el Gaviscon en el bolsillo se volvió el diario vivir, de que a contabilidad lleguen los chicharrones cuando ya hicieron y deshicieron y dejaron el mierdero.

Me canse de correr pa’ cerrar el mes y trasnochar pa’ sacar impuestos, no quiero leer ni un estatuto municipal más, no he visitado ni la mitad de los pueblos en los que presento reteicas cada mes, porque el trabajo ni da tiempo viajar.

Me canse de leer resoluciones, conceptos, leyes y demás disposiciones de todos los órdenes, me sabe a cacho que cada vez que  el gobierno saca una maricada nueva tenga que ver un mundo de capacitaciones, para medio formarme un concepto claro y no ir a meter las de caminar, el estar actualizándome constantemente porque cuando me pregunten no puedo quedar como la idiota, así la nueva disposición apenas este en proyecto toca leerla porque todo afecta el trabajo.

Me estresa que suene el puto teléfono y tener que contestar ¿y ahora que hicieron? que cuando pides un auxiliar te digan no hay presupuesto, la situación el gobierno el fin del mundo, que ya van a llegar los extraterrestes o el holocausto zombi y que te digan somos una familia y cuando intentas pedir un permiso por alguna actividad del colegio de tus hijos o porque alguien de tu grupo familiar cercano se enfermó te digan; sí, pero te descontamos el día, pero que cuando digas me voy a ir, hay si te digan “ te arreglamos el sueldo y si quieres puedes descansar unos dias”… ¡perros no que no era indispensable!.

Que te den las vacaciones incompletas, un clásico, sales 8 días luego tomas los otros, eso si estas pendiente del celular por si cualquier cosa, ¿cualquier cosa? es que te van a escribir 24×7 . ¡Si! yo quiero tomar el sol en una playa nudista mientras me tomo un cocoloco y se me broncean las nalgas y no estar pendiente de que el celular no se me vaya a quedar sin señal.

Pero lo que más me emputa, aparte de todo lo anterior, es que le den mi número personal a los clientes y proveedores, que no pierden oportunidad pa’ llamarte un domingo a las 10 de la noche a preguntarte por un pago. ¿Tienen huevo?, si y bastante. Pero ahora me pregunto ¿por qué carajos pasa esto?  ¿Será que como profesionales nos volvimos casi como un activo no depreciable sí, no despreciable? al que le cargan tantas vainas y no dice nada.

¿Cómo carajos pongo limites? ¿Cómo le digo…”suerte gonorrea” eso sí, con otras palabras, que suene más bonito y que no me terminen el contrato?. Nuestros padres nos enseñaron a trabajar y en el colegio y universidad conceptos básicos para desempeñarnos, pero jamás nadie nos dijo; “usted puede salir en su horario normal y no sentirse culpable”, que una hamburguesa con papas, gaseosa y lo del taxi, no corresponden al pago de las horas extras por quedarse hasta tarde haciendo las exógenas.

Nos falta aprender a cobrar y a soltar, sabemos que somos valiosos que todo lo que tenemos en la cabecita costo horas, meses e incluso años de formación, aprender a cobrar bien por lo que hacemos que nada no lo dieron gratis, que lo que nos apasiona no sea la causa de alejarnos de la familia, que nuestro nivel de estrés no nos lleve a san loquito y aprendamos a trabajar para vivir y no a vivir para trabajar.

Laura Quintero

@lauraquintero_12

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